Llora Carolina, llora España
El llanto de una deportista y de todo un país. Carolina Marín, el orgullo español en bádminton, tuvo que retirarse de semifinales por culpa de una lesión en la rodilla derecha tras un mal apoyo. Lo hacía tras ir con ventaja en el marcador (21-14 y 10-8) ante la china He Bingjiao. Cuando sufrió la dramática acción, iba 10-5 en el segundo set. Los médicos la atendieron durante varios minutos. Forzó, recibió tres puntos en contra, y se retiró por el terrible dolor que sentía. Adiós al sueño de Carolina, que tampoco pudo participar en Tokio por otra lesión antes de la cita. La onubense fue oro en Río de Janeiro 2016, la primera no asiática en lograrlo.
Los minutos con Carolina en el suelo se hicieron eternos. “Me he roto, me he roto”, salía de su boca mientras su entrenador, Fernando Rivas, intentaba consolarla, de cuclillas, y mantener un fino hilo de esperanza. Como todos los presentes en el Arena Porte de La Chappele, como la propia Bingjiao, que tampoco se podía creer lo que estaba sucediendo y se fue llorando.
Los de París iban a ser los últimos Juegos de Carolina. Ahora, con 31 años, su futuro, el de una de las mayores deportistas españolas y mundiales de la historia, es muy incierto. El peor final posible.