Las chicas del waterpolo y María Pérez dan brillo al medallero
Se acabó la cita de París y es hora de hacer balance. La delegación española, en su parte femenina, se marcha de la capital francesa con un bagaje de seis medallas: dos de oro, dos de plata y dos de bronce. Para muchos se habrá quedado algo corto el botín, para otros será una gran noticia que casi la mitad de las preseas doradas de España sean de deportistas femeninas.
Lo cierto es que hay que resaltar las dos grandes noticias de estos Juegos: el doblete de María Pérez (plata en los 20km marcha individual y oro en el relevo mixto de la maratón de marcha) y la medalla de oro de las chicas de waterpolo, que lograron poner el broche de oro -nunca mejor dicho- a una generación inigualable. Las jugadoras de Miki Oca hicieron un torneo espectacular y hasta se permitieron el lujo de acabar la final ante Australia sin apenas sufrimiento. Tras muchos torneos internacionales, la presea dorada de esta cita cierra un círculo que hace más grande todavía al waterpolo español.
La plata de las chicas del baloncesto 3×3 supo a oro después de ganar en semifinales a las grandes favoritas, Estados Unidos. Consiguieron una segunda posición histórica en un deporte en el que España no había logrado nunca ninguna. Tampoco hay que olvidar el bronce de la pareja de tenis que formaron Cristina Bucsa y Sara Sorribes, logrando así un tercer puesto que sabe a oro. Y para cerrar, la natación artística también dio otra de las grandes alegrías con un bronce muy trabajado y que dejó muy buen sabor de boca en la delegación española.
Sin embargo, todo no fueron buenas noticias y es que al inicio de los Juegos algunos contaban con algunas medallas casi seguras y que se esfumaron por unas cosas o por otras. Sin duda, la más recordada será la medalla que no pudo conseguir Carolina Marín, que cuando la tenía en la mano en su partido de semifinales, cayó lesionada y dijo adiós sin poder sumar una presea que parecía fija. También la eliminación de Ana Peleteiro en el triple salto fue un jarro de agua fría para todos y el cuarto y quinto puesto de Mar Mol´ne y Fátima Gálvez, respectivamente, en tiro al plato olímpico fue un varapalo por lo cerca que se tuvo el podio.
En resumen, pudieron ser más pero también pudieron ser menos. Por ello, España tiene que marcharse de París contenta por lo conseguido y con las chicas de waterpolo y María Pérez, abanderada en la ceremonia de clausura, dando brillo dorado al medallero español. ¡Enhorabuena a todas!