España, el largo camino hacia la paridad en el deporte
Los Juegos de París serán los primeros en los que por fin habrá paridad total. 5.250 hombres y 5.250 mujeres buscarán alcanzar la gloria en la cita deportiva de este verano; pero lo más llamativo es que, por primera vez también, quizás el número de mujeres deportistas españolas podría superar al de hombres. De momento, y según los datos oficiales, de los 307 deportistas clasificados hasta la fecha, 155 son mujeres y 152, hombres.
Esta cifras no hablan únicamente de cómo ha evolucionado la sociedad actual, también constatan que el camino hacia la igualdad ha costado seguramente demasiado. Precisamente hace un siglo, en 1924, y también en París, dos deportistas españolas, las tenistas Lili Álvarez y Rosa Torras fueron las primeras compatriotas en participar en unos Juegos. Las dos únicas excepciones de una delegación española en la que había un total de 111 deportistas, de los cuales 109 eran hombres. Si bien es cierto que, ese año, la representación de nuestro país en el mayor evento deportivo mundial iba en línea con la del resto ya que de los 3.089 atletas participantes, 2.956 fueron hombres y tan solo 136, mujeres.
España no contó con representación femenina en las siguientes ediciones de los Juegos. Ni en 1928 en Ámsterdam (donde participaron un total de 2.883 atletas y tan solo 277 eran mujeres); ni en 1932, en Los Ángeles; tampoco en 1948, en Londres; ni en Helsinki 1952 o Melbourne 1956. En cambio, otros países si enviaron a mujeres a competir; aunque la representación femenina pasó de un exiguo 6% en 1928 a un 11% en 1956.
No fue hasta el año 1960, en Roma, cuando las deportistas españolas volvieron a participar en unos Juegos y la proporción estaba todavía lejos de ser equitativa y es que, frente a los 133 hombres participantes, tan solo 11 mujeres acudieron a la capital italiana. No solo eso: más de la mitad, seis, pertenecían al equipo de Gimnasia artística.
La representación femenina tuvo una oportunidad sin precedentes en Barcelona 1992 cuando, siendo España país anfitrión, tenía la posibilidad de convocar a más atletas de lo habitual. A la cita acudieron finalmente 430 deportistas de los que 129 eran mujeres; es decir, una participación que ni llegó a la mitad de la convocatoria masculina. En Atlanta, cuatro años después, la cifra se redujo aún más y las deportistas españolas convocadas no alcanzaron el centenar.
Las siguientes ediciones no hicieron más que confirmar la existente desigualdad que solamente empezó a quedarse atrás en Londres 12 (166 hombres y 112 mujeres) o Río 2016, donde participaron 163 deportistas españoles frente a 143 españolas (Curiosamente en estas citas las españolas lograron más medallas que los hombres). La confirmación llegó en Tokio 2020, con una relación de 184 vs. 137.