La lucha más elegante

La esgrima, conocida también como esgrima deportiva para diferenciarla de la esgrima histórica, es un deporte de combate en el que se enfrentan –en una pista de 14 metros de largo y 2 de ancho– dos contrincantes debidamente protegidos –con una careta y un traje especiales– que deben intentar tocarse con un arma blanca, en función de la cual se diferencian tres disciplinas: sable, espada y florete. 

En el sable, se consideran válidos aquellos golpes que se realicen con la punta, el filo o el dorso de la hoja y que alcancen el torso por encima de la cintura, la cabeza y los brazos.

Por su parte, tanto en la espada como en el florete, tan solo se puntúa si el golpe se realiza con la punta del arma.

Aunque el objetivo cambia, dependiendo de la modalidad: mientras que en la espada, el objetivo es alcanzar todo el cuerpo, en el florete, es solamente el tronco (torso, hombros y cuello).

Aquel esgrimista que alcance los 15 puntos o logre más puntos al término de tres asaltos de tres minutos cada uno será quien gane el combate.

La esgrima en los Juegos se realiza desde la primera edición (Atenas 1896). El programa de competiciones cuenta actualmente con doce pruebas, seis masculinas y seis femeninas (florete, espada y sable, individual y por equipos). Entre 2008 y 2016 era eliminada una prueba por equipo para cada género.  

Lucía Martín-Portugués es la representante femenina española. Embajadora de Iberdrola, en la temporada 2022-23 logró el oro en la prueba individual de la primera cita de la Copa del Mundo disputada en Argel, el primero de su carrera y el primero de la esgrima española desde 1997.